… Reflexiones en el mes de la Educación…
Quizá parece más fácil, desde el aislamiento pensar en la educación, pero no lo es. Es complejo en este momento de incertidumbre en el que tuvimos que desarrollar nuestra actividad, no solo pensar, sino también repensarnos.
En el archivo hay muchos momentos complejos, a los cuales tuvimos que hacer frente. Pero la memoria en su autonomía de funcionamiento, se detuvo en aquel año bisagra para todos los argentinos, el año “2001”. Es desde aquel complicado escenario, en donde las estructuras que sostienen nuestra comunidad crujieron, al punto de quebrarse y en donde la escuela fue el ámbito de contención, desde donde se desarrollaron, múltiples acciones que buscaron recuperar y fortalecer la identidad del “ser argentino”, diría que desde ahí no estábamos expuestos a un complejo escenario. Las Instituciones abrieron sus puertas y escucharon y respondieron a diversidad de demandas que iban desde lo pedagógico hasta las más elementales cuestiones de la cotidianeidad social. Podríamos parafrasear al actual Papa Francisco, para alcanzar una posible síntesis de ese momento, las escuelas nos pusimos “la patria al hombro”.
El año 2020 comenzó como todos, podríamos decir. Pero como una tormenta de verano, que aparece repentinamente, todo cambio. La libertad de acción y de opinión, el sentimiento del progreso ascendente que nada lo detiene, el todo lo que quiero puedo y podríamos repasar muchas cuestiones de nuestras vidas diarias, se detuvieron. La velocidad con la que nos movíamos paso en un solo tramo de 100 a 0. Sin preguntar, sin debates. Así simplemente, en horas nos vimos confinados a nuestros hogares. Fuera de ellos un virus desconocido que decían no iba a llegar, llegó y nada fue igual, ni será.
Y en ese maremágnun, algo así como abundancia desordenada de confusión, nos vimos insertos los Docentes. Este colectivo diverso, heterogéneo, multiforme tuvo que repensarse así mismo y todas sus prácticas en breves lapsos de tiempo. Nosotros aislados en nuestra “casa escuela”, ellos nuestros alumnos en su “casa aula”, del otro lado de ese mar de correntadas violentas, de ese nuevo espacio que pareciera no tener fin. Zoom, Id, Contraseñas, on-line, virtualidad, nuevos conceptos que avanzaron sobre las agendas marcan los nuevos tiempos y lo que siempre posponíamos por una alguna razón, ahora se añoran como tesoros inalcanzables, un beso en la mejilla, un abrazo, una charla desordenada con ruidos y mucha gente, la sala de Profesores, los chicos corriendo en el patio. Son instantáneas de un tiempo que tuvimos que dejar rápidamente. Pero que mejor que en el transito del mes de septiembre, el mes de la Educación y en el cual todos los actores educativos celebran su día, que autoreferenciarnos para poner en valor todo el trabajo que desde los distintos espacios desplegamos como colectivo, como grupo. Buscamos interconectarnos, sobre un terreno muy labil, construimos canales de comunicación pero también de contención para los alumnos, las familias y para nosotros también. Sabíamos que teníamos que salir a dar respuestas pero también cargábamos con temores e incertidumbres, porque no somos seres del Olimpo. Somos seres humanos que elegimos una forma de vivir, apasionante, moldeada desde la presencialidad. Pero esa fortaleza, ahora devenida en debilidad, la transformamos en una neo fortaleza, pero que sigue siendo única e irrepetible. Somos formadores de futuro y nos pusimos al hombro la presencialidad propia de nuestra profesión, manteniendo vivo el espíritu de nuestras instituciones. Hoy le llaman continuidad pedagógica, me gustaría lo llamáramos, simplemente: enseñar.
Jorge Larrosa en el prólogo de un interesante trabajo “ Des-Armando Escuelas”, dice : una lengua que sin ser de nadie pudiera estar entre nosotros, que siendo la de todos, o la de cualquiera, fuera a la vez la de cada uno, que no pretendiera hablar de lo que es sino de los que nos pasa…
Tal vez estemos transitando este proceso, encontrar y encontrándonos, en una nueva lengua que no reúna detrás de nuevos objetivos comunes. Pero hasta tanto logremos ese macro objetivo, contentarnos con encontrarnos en el día a día, en una lengua que permita decir que nos pasa, para que entre todos podamos darnos respuestas.
Y mientras cerraba estas reflexiones, surgió en la capacitación que muchos estamos realizando, a partir de un análisis de la Directora de Educación Superior de la Provincia, una síntesis que me pareció hace confluir en tres cuestiones centrales, mucho de lo que, sobre la base de nuestra experiencia habíamos realizado: “sostener la presencialidad, crear lazos y profundizar , en un nuevo escenario dominado por las tecnologías, sobre nuestra principal función, enseñar”.
Alejandro Cortés
Prof. Análisis del Mundo Contemporáneo
ISFDyT N° 66
Gracias Victoria y en vos a todas las autoridades por la invitación a escribir en el Blog… Feliz Día del Profesor¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡